Presente: En dónde estoy

semana 2, 16 de noviembre de 2024

Como escritor me dedico a la creación de un universo original de fantasía. Como estoico practico la filosofía para vivir con mayor sabiduría. Como escritor y estoico tengo el propósito de ser y ayudarte a ser mejor que ayer.

Desde siempre las novelas de fantasía me ponían a soñar despierto. Cada vez que leía, me daba cuenta que muy dentro tenía muchas historias que contar. Quería que lo que escribiera provocara en muchos lo mismo que a mí. Y encontré en eso un combustible infinito para escribir y traer a la realidad el mundo que aguardaba en mi mente.

Al mismo tiempo, continuaba mis estudios de literatura y filosofía en la universidad. Tenía poco interés por la filosofía. Hasta que en medio de pandemia, en un curso de filosofía clásica, estudiamos a los estoicos. Desde la primera explicación y lectura que hicimos conecté con el estoicismo. Sentí como si hubiera descubierto una verdad esencial a simple vista, pero invisible para la mayoría de ojos. Primero me compré el Diario para Estoicos de Ryan Holiday, lo que me llevó a leer las Meditaciones de Marco Aurelio, después a Séneca y finalmente a Epicteto.

El estoicismo fue una filosofía que empecé a aprender y practicar. Por un lado estaba la escritura, por otro el estoicismo, las dos cosas en las que dividía mi atención. Lo que no me esperaba era que se unirían para hacer surgir Escritoico.
hombre sobre un roca desde una cueva

No me esperaba que la escritura y el estoicismo se unirían, resultando en lo que hoy es Escritoico.

Escritoico es más que el nombre o la combinación ágil de dos palabras. Son las experiencias, intentos, errores y aprendizajes que me han traído hasta el presente, en la búsqueda de mi lugar en el mundo como autor de libros y el esfuerzo por convertirme en mi mejor versión. En un principio todo esto fue para mí, incluido el mundo de fantasía que he creado. Pero pronto me di cuenta que esto debía ser para todos, que podía hacer algo bueno por los demás, que podía ayudar a muchos.

El primer momento fue cuando le hablé a mis amigos y familiares del estoicismo. Algunos que conocían un poco de esto me dijeron que no era el estoico clásico que se imaginaban, que yo lo había adaptado, que les gustaba cómo lo ponía en práctica. Es cierto, he tomado del estoicismo lo que más funciona. Sin embargo, antes de enseñarlo a más personas, debía encontrar la manera adecuada de transmitirlo.

En esta búsqueda, una frase, lo que era un simple idea, que parecía no tener importancia, fue adquiriendo más y más fuerza. Hablaba de esto y se le quedaba a la gente. Adquirió tanto poder, que se convirtió en el núcleo de Escritoico.

Mejor que ayer.

La filosofía que representa lo que Escritoico es y busca dejar en los demás.

Un propósito personal

El objetivo final es convertirme en mi mejor versión; hacer realidad mis sueños. El camino es ser mejor que ayer, con la intención de no fallar un solo día. Si mi propósito es la de convertirme en el mejor autor de novelas de fantasía el método es trabajar por ello todos los días. Practicarlo sin parar hasta ser el mejor en lo que hago. Yo elijo en qué y cuántos aspectos quiero mejorar. Cosas como estas demandan el mayor compromiso, sacrificio y esfuerzo. La recompensa es sentirse pleno y realizado.

Un propósito contigo

Las metas no son las mismas y los caminos son muy distintos. Aun así, la filosofía de mejor que ayer puede seguir funcionando a tu vida, sea cual sea tu sueño. Si quieres ser el matemático, la política, la directora, el policía, la científica, el médico, el inventor, la pintora más grande de tu época tienes que ser mejor de lo que eres ahora para lograr lo que aspiras. La meta puede estar muy lejos y a ella solo pueden llegar un número limitado de personas. Por eso la única responsabilidad de hoy es la de hacer el trabajo, hacer el esfuerzo con una intención: ser mejor que ayer.

¿Ser mejor que ayer en qué? ¿En una, dos o cuántas cosas? ¿Por dónde empezar? Es un camino que tú tienes que definir. Pero puedes tener una guía aquí, en el Blog: Mejor que ayer.
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Venga, valiente, mejor que ayer.

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