El Tiempo te sonríe si tú le sonríes primero

Número 1 / Enero 2025

Puedes trabajar con él o contra él. Puedes enfocarte en lo que tienes ahora o en lo que ya no tienes. Puedes concentrarte en lo mucho que te queda antes del final o lo poco que te queda. Lo que se seguro es que quien está con él, gana, y quien no, pierde.

Esto no es una receta, pero es lo que un experto de la cocina te diría cuando te está enseñando. "Confía en el proceso". "Tarde o temprano estará listo". "Dale tiempo que se cocine". Estoy hablando del tiempo, que sí, tiene que ver con la cocina. También con el amor, la muerte, la paz, la guerra y hasta con ser mejor que ayer. Y es que quien trabaja y pone el tiempo a su favor es el que gana en lo que se proponga. Quien quiere forzarlo, regresar a lo que era o adelantarlo, lo pone en su contra y termina aplastado por su propio peso.

A partir de lo que he podido aprender durante el mes de enero, en este artículo descubrirás cómo poner el tiempo a tu favor. O, mejor dicho, trabajar tú con el tiempo. Los propósitos que tú lograrás son varios: el principal de todos es que empieces a ganar más de lo que pierdes; te darás cuenta que es una cuestión de perspectiva. También finalizarás todo aquello que empieces, sea algo pequeño o algo grande. Y sacarás el máximo provecho de cada minuto, aunque ese haya sido tiempo que pasaste con el apestoso de tu ex. Todo esto, haciendo un sencillo ajuste de la percepción del tiempo.
hombre en la playa al atardecer

No es lo mismo sentir que cada día se te viene encima, a sentir que cada nuevo día es una oportunidad para dar un paso más.

Lo primero es sentir que el tiempo se pierde; lo segundo es ganarlo.

Hay tres formas en las que se piensa acerca del tiempo. Cada una de ellas, determina si lo tienes a tu favor o no; si lo pierdes o ganas con cada día

La primera forma es pensar que el tiempo se acaba y que siempre tienes que estar corriendo para no perderlo. Pensar así es pasar por una constante búsqueda fallida. Es una lucha que no se puede ganar. Eso deriva en pensamientos que se enfocan en arrepentimiento sobre el pasado, que evitan que sigas adelante.

La segunda forma es pensar como los estoicos, que el tiempo nos ha sido prestado y será devuelto a la muerte. Pensar así es dejar de creer que es posesión tuya. Es un remedio para no mirar al pasado con nostalgia y para empujarte a hacer algo bueno con lo que tienes. De no hacerlo, se convertiría en un regalo desperdiciado.

La tercera forma no se diferencia demasiado de la segunda. Es pensar en el tiempo como una constante ganancia. Tu vida un día terminará, como la de todos, pero hasta que no se llegue a este momento, cada día es uno extra. Es una oportunidad más para seguir experimentando lo que solo puedes tener aquí y seguir prosperando en lo que te apasiona.

Nuestro tiempo aquí inicia desde que nacemos hasta que morimos. La cuestión es qué haces entre estos dos momentos. No se pierde ni se gana el tiempo, porque no es nuestro, pero lo que sí se pierde o se gana es lo que haces a partir de ahora y con cada día.
dos hombres en la playa al atardecer

Suelta al tiempo y al miedo. El primero no es tuyo, el segundo existe si le das poder.

Aduéñate de cada momento estando presente, con cada buen esfuerzo, cada buen descanso, cada buena experiencia y cada buen aprendizaje.

Cómo pensar en el tiempo pasado

El pasado es una de las cosas que a todo el mundo ha frenado por lo menos una vez. Todas las cosas que empiezan están destinadas a finalizar, acabarse o marcharse, pero a los humanos les gusta pensar que no es así. Por eso, cuando llegan los momentos que tanto se temen, frena por completo la vida. Pero el tiempo no se detiene. No se debe ser insensible, pero el pasado debe ser visto como algo que era y que ya no es. Se debe dejar ir, agradeciendo lo vivido y aprendido. Incluso la o el apestoso de tu ex te tuvo que dejar algo bueno. Venga.

No es un día más ni un día menos, es un día extra

¿Te acuerdas del "You Only Live Once"? Pues así es como quiero que pienses a partir de hoy. Cada noche, cuando nos vamos a la cama, nos entregamos al sueño sin la garantía de volver a despertar. Esto es algo que rara vez se piensa, pero que de hecho podría ocurrir. Los estoicos tenían y tienen la costumbre de cada noche pensar que ese había sido el último día. Al despertar, a la luz del amanecer se consideran afortunados porque que se les ha dado un día extra. Por lo tanto, debe ser aprovechado, como si fuera la última oportunidad. Hacerlo te hará obtener lo mejor de cada minuto.

Cómo finalizar lo que empiezas

Te hablo de proyectos que requieren de uno o más años de trabajo. Aunque también te puede ser de utilidad para cosas de menor tiempo. La clave para finalizar lo que uno empieza es trabajar día a día por ello, sin rendirse. Cuando nos empezamos a enfocar demasiado en el futuro, el proceso se deja de disfrutar y se convierte en una tortura. Aunque sigas avanzando, ¿cómo puedes estar ganando si no la estás pasando bien? Por eso, trabaja día a día y deja que los resultados lleguen en su momento. Mantén el compromiso tan fuerte como cuando empezaste, da el mejor esfuerzo y pon el corazón en cada cosa que hagas.

Cómo pensar en el tiempo futuro

Suelta el futuro, del mismo modo que te aferras al pasado. Visualizar el futuro nos marca una dirección que seguir, una pauta con la que actuar. Sin embargo, obsesionarse no hará que las cosas ocurran más rápido o justo como los hemos pensado. Es más, harán que te pierdas del presente. Utiliza el futuro como un brújula y disfruta el camino en el presente, con sus retos, alegrías y tristezas. El futuro es la idea de lo que será. Lo que es real son las acciones que puedes hacer ahora. Y que acción tras acción, día tras día, hagas realidad en tu presente lo que tanto has buscado.

Venga, valiente, mejor que ayer.