Para el propósito
Del latín propositum.
m. Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo
Sin.: intención, determinación, voluntad, ánimo, empeño, deseo, aspiración, interés, idea.
Ant.: irreflexión.
Orfeo y Eurídice en el inframundo
Orfeo y su viaje al inframundo
Cuando Eurídice murió, Orfeo descendió al inframundo para recuperarla. Su música conmovió a los monstruos, las sombras y los jueces del mundo de los muertos. Cerbero, el perro de tres cabezas que custodiaba la entrada, su tumbó dócilmente. Las Erinias, que atormentaban las almas, dejaron de gritar. Hasta Perséfone y Hades, los soberanos del inframundo, se conmovieron. Hades le permite recuperar a su esposa bajo una condición: no mirar atrás hasta salir del inframundo. Orfeo fue tocando la lira, guiando a Eurídice, escuchando su eco y el rozar de sus pasos. En el último momento, antes de salir de las sombras, Orfeo dudó, se giró a verla y la perdió para siempre.
¿Qué es el propósito?
El propósito es lo mismo que tener una razón o un por qué para cada cosa que haces o no haces. Mientras más grande e importante sea el propósito, más fuerza, energía y ánimo se tendrá para lograr lo que nos hemos puesto de objetivo y meta. El propósito también es la confianza y la creencia de algo que quieres ver hecho realidad, pero todavía no lo ves materializado.
Nadie en el mundo se atrevería a viajar a la tierra de los muertos mientras sigue vivo. Sin embargo, Orfeo tenía una muy buena razón para hacerlo. Este propósito fue el que le dio el valor para continuar a pesar de encontrarse con Cerbero, las Erinias y los soberanos del inframundo. Solo fue un momento pequeño de temor y duda el que le hizo perder a su amada.
¿Cuál es poder del propósito?
El poder del propósito es uno muy extenso. Comienza desde que te surge una gran idea o intención y es la fuerza que hace que algo que no existía antes se haga realidad antes, cualquier logro que deseas alcanzar, cualquier meta que deseas cumplir. El poder del propósito es darte un buen motivo para continuar y seguir adelante, aunque nadie te garantice el éxito.
Recuperar a Eurídice le dio a Orfeo un motivo profundo para adentrarse en el inframundo. Tan grande era su propósito que logró la docilidad de Cerbero, calló a las Erinias y Hades le dio una oportunidad para recuperar a su amor. Esto jamás habría sido logrado sin un propósito de tal importancia.
¿Quién es el enemigo del propósito?
El enemigo del propósito es la duda, la desesperanza, la desconfianza, el temor. Básicamente, es todo aquello que te haga dudar del resultado que esperas obtener. Cuando dudas tu forma de actuar cambia y esa desconfianza genera que lo que estás construyendo se tambalee hasta caerse. Un solo momento de duda puede hacerte desconfiar de ti mismo y de lo que hasta ahora has hecho, incluso a uno paso de lograrlo.
Orfeo había logrado su propósito. Hades le dijo que recuperaría a su amada bajo una condición: no voltearía a verla hasta salir del inframundo. En el último momento dudó. ¿Qué tal si Hades lo había engañado? Entonces se giró, vio a Eurídice antes de que se desvaneciera y la perdió para siempre.
¿Cómo tener un propósito profundo o reforzar el que ya tienes?
Todo empieza por preguntarte “¿Por qué hago lo que hago o por qué quiero lograr tal objetivo?” Después de eso piensa en el camino que tienes por recorrer y todos los esfuerzos que debes hacer. Piensa hasta lo impensable y lo que no esperas. ¿Merece la pena? ¿Te ayudará a seguir adelante cuando más difíciles se muestren las cosas? ¿Es algo tan importante como para despertar e irte a dormir pensando en ello? Entonces pon toda tu confianza en ello y no dudes ni un solo día de ello, ni un solo tramo del camino, ni un solo instante.
Orfeo ya tenía un propósito profundo. Eso lo hizo dirigirse al mundo de los muertos a buscar a su amada, sin importar los peligros que se le presentaron en el camino. De no haber dudado al final, a un paso de salir del inframundo, habría recuperado a Eurídice.
¿Cómo confiar en el propósito hasta el final?
Solo piensa en qué es lo mejor que puedes hacer hoy para cumplir tu propósito. No lo conseguirás de la noche a la mañana; tampoco ocurrirá del modo que esperas. Todo alrededor de ti puede cambiar, pero una cosa no debe hacerlo, este es tu propósito. Confía en lo que estás haciendo. Demuéstrale al mundo, al destino y a ti mismo que lo deseas, que lo mereces, que estás dispuesto a sacrificar lo que sea, que no dudas de ello en ningún segundo y los demás también empezarán a creer que lo lograrás o te verán lograrlo. Puedes dudar de cada parte del camino o puedes confiar ciegamente hasta el final. Solo puedes quedarte con una de ellas. Solo una demostrará si eres un valiente.
¿Qué hubiera pasado si Hades engañaba a Orfeo? ¿Qué habría pasado si lo engañaba y todos los sacrificios que había hecho no servían para nada? ¿Qué habría pasado si…? Estas son preguntas infinitas que se podría haber hecho. Orfeo pudo haber esperado después de cruzar el inframundo. Si recuperaba a Eurídice, todo habría estado bien. Si no lo hacía, su sacrificio pudo haber sido valorado por los dioses y recibir su asistencia. Pero hasta que no ocurrieran las cosas, no podría saberlo. La única seguridad que tenía era confiar en su propósito. No lo hizo, dudó en el último segundo y perdió a Eurídice.
Preguntas para adquirir propósito en tu entrenamiento y seguir adelante:
¿Por qué hago lo que hago o cuál es mi propósito?

¿Por qué quiero lograr esto que me he propuesto?

¿Cuáles son los desafíos y los retos que debo enfrentar para lograr este objetivo?

¿Merece la pena el esfuerzo y el trabajo por este propósito?

¿Me ayudará a seguir adelante cuando menos pueda?

Del 1 al 10, ¿cuánta es la fuerza que tengo? ¿Cuántos puntos más de fuerza me puede dar recordar mi propósito?

¿Confío al 100% que mi propósito se hará realidad?

¿Mi propósito es tan grande, fuerte e importante que puedo seguir confiando en él en los momentos de mayor debilidad o duda?

Del 1 al 10, ¿cuánto es mi poder para seguir creyendo en mi propósito a pesar de las circunstancias exteriores?

Del 1 al 10, ¿cuánto confié este día en mi propósito?

¿Puede confiar todavía más en mi propósito el siguiente día o la próxima ocasión?
Todo el mundo podría estar dudando de ti y de lo que quieres lograr. Así ocurrió también con los genios de la historia, los cuales tuvieron que recorrer un largo camino lleno de fallas y de dudas. No controlaban nada del mundo exterior, como los resultados o lo que pensaban los demás. Pero sí controlaban sus propias creencias y no dejaron de creer en su propósito. Por eso lograron aquello que los convirtió en genios.

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